Por la fe
Moisés, cuando nació, fue Escondido por sus padres por tres meses, porque, le
dijeron niño hermoso, y no
temieron del decreto del rey. Por la fe Moisés, hecho ya grande rehusó llamarse
hijo de la hija de faraón, escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de
Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado, teniendo por mayores
riquezas el vituperio de cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenía puesta la mirada en el
galardón. Hebreos 11:23-26.
Que emocionante e inspiradora fue la fe de Moisés!
Menosprecio ser llamado hijo de la hija del faraón,
menosprecio la posición social, política y economía que representaba ser nieto
del gobernante más poderoso de la tierra.
Todo eso y más, ¿saben porque? Porque tenía la mirada puesta
en el galardón. “Mirada” significa hacer abstracción de todo lo demás, por
grande y atractivo que sea, con tal de mantenerse firme en el objetivo. Galardón
es el premio eterno a la fidelidad y la
perseverancia.
La fe de Moisés
venció la grandeza y la gloria temporal de Egipto. Que nuestra fe nos lleve a
vencer al mundo con sus placeres, ofertas
y vanidades ilusorias, aunque eso implique ser menospreciados y mal juzgados por esa generación permisiva.
Nuestra fe
mira y se deleita en el galardón y no hay nada en este mundo mayor que eso. La
carne y sus deseos solo se alimentan de las triviales pasiones de este mundo.
Establezcamos
la diferencia.
Y esta es la
victoria que ha vencido al mundo: nuestra fe
No hay comentarios.:
Publicar un comentario