Al ver Jesús la fe
de ellos, dijo al paralítico:
Hijo, tus pecados te son perdonados. (Marcos
2:5)
La fe se ve.
Nuestra fe en él Señor y su Palabra tiene que ser manifestada, de modo que no quede duda acerca
de lo que esperamos de nuestro Padre Celestial.
La fe no se
detiene en la adversidad.
No se somete a
los imposibles naturales de esta vida.
La fe se
sustenta y afirma en aquel que ha comprendido su palabra con nosotros, sus
hijos.
Este milagro
citado es un desafío a seguir adelante con nuestra fe.
En el camino,
tendremos toda clase de obstáculos, pequeños y grandes pero venceremos si no
desmayamos.
¨ Jesús vio la fe de ellos ¨
El Señor siempre
va a ver nuestra fe.
Y esta es la victoria que ha vencido al mundo: nuestra fe.