Al ver él la fe de ellos dijo: Hombre, tus pecados te
son perdonados. (Lucas 5:20)
Lo más cómodo y normal hubiese sido que se regresaran a sus casas
diciendo: “Hicimos el intento y no pudimos”.
Pero no. Ellos permanecieron firmes en su fe y en su decisión de llegar
donde estebe Jesús.
Y llegaron al señor. Subieron al techo, descubrieron una parte y por
ese hueco hicieron descender al paralitico.
Allí estaban el enfermo con su fe y el señor, que vio
todos sus movimientos, hasta que culmino
en su presencia.
Esta es la fe que obra milagros.
Estas es la fe que conmueve al señor.
Esta es la fe que El espera de ti.
Y esta es la victoria que ha vencido al mundo: nuestra
fe.